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Las crisis en las pequeñas empresas: ¿qué son y cómo abordarlas?

Crear una pyme es una apuesta emocionante que puede tener buenos o malos resultados. Para nadie es un secreto que las empresas exitosas son generalmente las que, en algún momento de su historia, han asumido un riesgo para tomar decisiones que pudieron catapultarlos o definitivamente llevarlos al éxito.

En esa línea tan delgada que existe entre el éxito y el fracaso es que empezamos a encontrarnos con temas tan delicados como la crisis, del que ninguna empresa se encuentra totalmente a salvo. Sin embargo, algo importante y de lo que sí se puede tener conciencia y control es del cómo prevenirlas y cómo asumirlas en el momento en el que se están dando.

¿Cómo se generan las crisis?

La crisis es un tema que toda empresa debe tener en cuenta en su día a día, pues normalmente aparecen sin aviso y, si no son manejadas de la manera adecuada, pueden comprometer el futuro o, incluso, la misma existencia de la empresa.

Más allá de eso es factible que las crisis que inicialmente se presentan como un problema, si se les da un buen manejo y los empresarios tienen la disposición correcta, pueden convertirse en oportunidades.

Las crisis aparecen de múltiples maneras y hay diferentes tipos que normalmente pueden comprenderse luego de que se están dando que se realiza un diagnóstico para comprender qué fue lo que generó el problema. Ante este evento, el empresario tiene dos opciones: darse por vencido y dejar que su empresa desaparezca o empezar a evaluar qué era lo que estaba pasando y reestructurar la compañía.

¿Qué es una crisis?

Ana Isabel Martínez y Gloria Andrea Echeverri son las socias fundadoras de Goodwill, empresa dedicada a la consultoría en temas de reputación y comunicación en crisis a través de las líneas de investigación, posicionamiento y formación. Ellas tienen una experiencia de más de 10 años en el manejo de estas situaciones en pymes y grandes multinacionales.

Según Ana Isabel “una crisis es un evento, una situación, una circunstancia que afecta el normal funcionamiento de una empresa y que debe ser atendida de manera prioritaria”. Además de esto, debemos señalar que el tipo de crisis depende en gran parte del propósito de cada empresa, pues teniendo en cuenta el producto o servicio que esta ofrezca una crisis puede ser un problema con los productos que vende en el mercado y para otra puede ser una crisis un problema puntual con un cliente.

En esa idea de definir “qué es una crisis” Gloria Echeverri, señala la importancia del contexto: “como colombianos tendemos a pensar que todo es una crisis, pero no, hay unas situaciones coyunturales y cuando esas coyunturas se desatan puede que sí se llegue a una crisis”.

Sobre los tipos de crisis se puede decir que dependen mucho de las circunstancias y pueden ser de diversos tipos: operacionales, comerciales, de producto, financieras, de entorno de trabajo (si un sindicato estalla una huelga). Hay diferentes tipos de crisis que, si se fueran a clasificar, la manera más fácil sería de acuerdo a la clasificación de riesgos.

¿Cómo enfrentar las crisis por contextos macroeconómicos?

Gonzalo Llano es un empresario colombiano con una vasta experiencia al crear empresas en el sector textil como Fabrex, la RS y en otros sectores con el hotel La Doble LL y la Escuela de Administración Empresarial, luego adquirida por el CEIPA. Actualmente cuenta con un puesto en la Bolsa Mercantil de Colombia.

Según él, “muchas veces uno tiene negocios a los que les va bien que se quiebran fácilmente porque las condiciones del gobierno cambian, pues muchas veces estos no tienen seguridad jurídica y emiten muchos decretos que hacen que un sector se caiga o se vaya al suelo”. Además, es crítico frente al tema: “siempre un negocio cambia por condiciones macroeconómicas. Siempre hay algo, una decisión gubernamental, un gobierno que permite la entrada de contrabando o no lo combate, la falta de apoyo en crédito para que un sector crezca y se desarrolle”.

Cuando estas cosas ocurren, los empresarios deben estar preparados y este es el caso de Llano, que logró ejecutar el proceso de cierre de sus diferentes empresas sin afectar su patrimonio personal. Él afirma que en estos procesos es vital el carácter de los socios, pues “a mí me ha tocado ver muchas empresas que dicen: esperemos a ver, esperemos a ver y en ese esperemos a ver pierden todo; su casa, su carro, todo el patrimonio que han construido y queda físicamente en la olla”.

Llano también hace énfasis en la habilidad para ver más allá que debe tener todo empresario. “Cuando uno empieza a ver que las condiciones macroeconómicas lo afectan o que uno no tiene la capacidad o el músculo financiero para ponerse a tono con los desarrollos tecnológicos y las nuevas cosas, se tiene que tener la suficiente sangre fría de tomar la decisión de cerrar una empresa, que es muy difícil porque las empresas son como hijos”.

Además, hace énfasis en la importancia de tomar la decisión en el momento oportuno: “para el cierre de una empresa es vital tener claridad financiera. Unos buenos flujos de caja son vitales, porque tienen que alcanzar para liquidar hasta a la última persona. Por eso la decisión hay que tomarla cuando todavía está ingresando plata a la empresa y las ventas apenas van en decadencia, pero uno ya se va proyectando y esos recursos pueden ser los suficientes para empezar a liquidar y a pagar todas las deudas”

Por otro lado, María Isabel Martínez de Goodwill sostiene que “muchas de estas situaciones se deben trabajar desde la gestión y las relaciones con gobiernos, entidades regulatorias, elites institucionales, líderes de opinión y esto se puede manejar a través del relacionamiento y desde la línea de lo bien hecho, porque en estos casos existe la tendencia a buscar los caminos cortos, los atajos…”

¿Cómo puedo decir que mi empresa está en crisis?

En las pymes es muy común encontrarse con personas “multitasking”, es decir, pocas personas encargadas de todo. Esto es normal, pues como son empresas pequeñas es difícil que haya un empleado para cada tema y es normal tener dos o tres personas que se encargan de todo. Según María Isabel Martínez, cuando en una pyme se da esa “atomización de las funciones” puede ser una ventaja porque puedes encontrar soluciones integrales, pero una desventaja porque muchas cosas se pueden volver un mundo.

De ahí se desprende la necesidad que tienen las pymes de tratar de independizar los roles al interior de la compañía y contar con buenos asesores, es decir, si no se tiene a la persona especializada, poder contar con un asesor externo para temas especializados. Cuando una persona se encarga de todo es muy fácil perder la perspectiva y angustiarse más de la cuenta, mientras que si hay un comercial, un financiero y un administrativo es más fácil que esas personas con su visión especializada puedan aportar análisis más certeros y menos emocionales. Esto les permitirá identificar si realmente se está en una crisis o si el tema está delicado pero todavía no ha llegado a crisis.