Marca que no tiene presencia en redes sociales tiende a volverse obsoleta. Esa es la premisa del mercadeo de hoy. Pero si no se tiene experiencia en el mundo digital, ¿cómo hacer para entrar en ese territorio por siempre cambiante?
Lo primero es respirar, porque lejos de tratarse de un asunto lejano e indescifrable, se trata, como todo en la vida, de querer y aprender.
Lejos de importar si se trata de una pequeña empresa o una marca mundialmente conocida, “en redes se es del tamaño que se quiera ser”. Así lo describe la consultora en Social Media, Catalina Hernández, quien además agrega, que “a la persona que te está viendo no le interesa si eres una pequeña, mediana o gran empresa; solo le interesa el producto o servicio que estás ofreciendo”.
Ya con la idea clara de que todas las empresas pueden y deben hacer presencia digital, ahora lo que sigue es empezar. Facebook, Instagram, Twitter, Pinterest, LinkedIn, Tumblr y la lista no termina. Especializadas o de amplio espectro, con tanta oferta, ¿cuál elegir primero?
“Es un error abrir cuentas en todas las redes sociales sin un propósito. Primero hay que definir cuál es el propósito de la marca”, señala Hernández. “Si yo soy un vendedor de zapatos, la estética para mí es muy importante, mi cliente necesita ver mi producto, de modo que Instagram y Pinterest serían las más adecuadas. Pero si lo que yo estoy ofreciendo tiene que ver más con la política o la economía, Twitter es la red para mí”.
Se trata de un ejercicio bastante sencillo pero que implica tiempo para no perder dinero en plataformas que no interesan a la empresa. Y para eso es necesario tener claro el público al que le quiero llegar o al que ya le estoy llegando por otros medios.
“Mis redes son Instagram y Facebook”, dijo Felipe Aristizábal, fundador de True Carbon, quien lleva pocos años comercializando productos de fibra de carbono en Colombia pero que ha visto un crecimiento extraordinario en sus ventas sin invertir mucho dinero. “Yo empecé esta empresa con 50.000 pesos míos y otros 50.000 prestados”.
“La gente entra a Instagram, más o menos, cada 15 minutos en promedio y se puede pagar un anuncio que, fácilmente, verán 100.000 personas. Un centro comercial importante en una ciudad puede recibir esa misma cantidad de gente en un día pero para poder participar de los que ingresan, hay que pagar millones por un arrendamiento”, agregó Felipe.
Ese es el mayor atractivo que tienen las redes sociales: su costo. Según Catalina, “se pueden invertir 10, 20 o 30 dólares y monitorear los públicos potenciales”. A esto se le llama en publicidad, segmentar. Es decir, en este tipo de medios, se puede definir el sexo, territorio, hora y hasta gustos de las personas que pueden ver un anuncio. Y además, se generan estadísticas en tiempo real que permiten un seguimiento para afinar las estrategias de la marca.
Así es que, expertos y empresarios cuentan cinco pasos necesarios para generar presencia digital que permita ampliar ingresos:
1. Definir el público
Aquí se incluye todo lo que se viene hablando sobre la elección de la red social. Pero va más allá, se trata de visualizar a la persona que compra mi producto o servicio. Es cuestión de cerrar los ojos e imaginarse al cliente potencial, ver qué hace cada día y cómo interesarlo en la marca. Suena un trabajo para neurocientíficos pero en realidad todas las empresas, por grandes o pequeñas que sean, saben quiénes son sus compradores y lo que se necesita en este paso es caracterizarlo hasta la médula.
2. Voz a voz mezclado con pauta
Porque se esté hablando de un tema digital no significa que el resto de formas tradicionales de mercadeo no importan, todo lo contrario: todas son ayudas para generar más clientes.
“Yo estoy abriendo puntos de venta para darle mayor seriedad a mi marca pero igual mi canal siguen siendo las redes sociales”, dijo Felipe. Es decir, las redes no son exclusivas sino que son bastante fáciles de mezclar con cualquiera que vaya a ser o haya sido la forma en que se han logrado obtener clientes.
Entonces una vez se comience este camino, es importante contarles a familiares, amigos y sobre todo clientes, que se tiene un perfil en el que hay actualización constante y relevante.
Pero además, añade Catalina, las redes de hoy están cambiando tanto que es necesario invertir en anuncios. No se trata de endeudarse apenas se abre una cuenta en Pinterest, sino de ir viendo con pequeños experimentos diarios de prueba y error, qué y cuándo publicar.
Así lo hacen todas las marcas: publican y compran pauta en varios tipos de público hasta que encuentran una hora, un sujeto y una línea temática que les genera mayores beneficios comerciales.
3.Responder para vender
Las redes sociales son para interactuar y vender. “Responder siempre” es la sentencia del blogger Andrés García, quien bajo el @Sttylista en Facebook, Instagram y Twitter, lleve años en el mundo de las redes sociales con éxito. Lo mismo dijeron Felipe y Catalina, para quienes se pone en grave riesgo la reputación de la marca si no se responden comentarios.
En este asunto es muy importante la periodicidad. Es decir, cuántas veces al día se publica contenido en las redes de la empresa. Para Catalina, “de nada sirve que todos mis clientes me busquen en Facebook si yo publico y respondo mensajes una vez al mes”.
Cada red social tiene su medida, su algoritmo que determina qué se le muestra a cada usuario en su pantalla de primero o de último. Facebook hoy prefiere la relevancia de un contenido, mientras que Twitter aún se guía por los “me gusta”. En todo caso, es un asunto de estudiar la marca, la red y “arriesgarse”, según Andrés.
De modo que no se trata de saturar las cuentas con fotos cada 10 minutos sino “tener claro desde el principio de qué voy a hablar y cada cuánto tiempo lo haré”. Es más, “no se puede comenzar a publicar fotos de los productos, pasar a frases célebres y terminar con memes graciosos sino que hay que determinar de qué será mi contenido y seguir esa línea”.
4. Estudiar y experimentar
Hay que estudiar para poder aprender. “Yo soy piloto de avión, no tenía ni idea de redes sociales. Lo que hice fue probar. Y lo bueno de las redes es que es barato hacerlo, se pueden monitorear fácilmente”, indicó el CEO de True Carbon.
Internet está lleno de información muy pertinente sobre cada una de las redes, de modo que hay que leer un poco para conocer las lógicas por las que se mueve una plataforma y poder sacarle el mejor provecho. Según Andrés, se trata también de “tomar referentes y hacerlos propios”.
“Todo lo he aprendido leyendo en internet. Instagram y Facebook tienen páginas en las que muestran las actualizaciones, te indican cómo funcionan. No es necesario ir y pagar una asesoría porque ellos mismos te la dan”, señaló Felipe.
Luego de haber leído es necesario llenarse de valor y probar con publicaciones para encontrar la que más beneficios genera. Y eso sí, una vez se encuentre esa línea, lejos de ser estática, se tiene que actualizar de manera periódica, para que no se pierda la efectividad del canal.
5. Definir un plan
Puede ser escrito o no, lo que importa es tener claro qué, por qué plataforma y a qué hora se publicará. Y sucede lo mismo que con el paso anterior: no es inamovible, todo lo contrario, se tiene que reformar tan pronto cambian las condiciones de cada unas de las redes sociales en las que se tiene presencia.
¿Y si mejor contrato a alguien que me haga todo esto? Claro que sí, hay diversas empresas, agencias, personas naturales y hasta amigos que conocen el mundo de las redes sociales. Pero lejos de ahorrarse el trabajo de comprender todo lo dicho, tiene que afinarse aún más.
“En el momento en que se presente la oportunidad de contratar a alguien, es importante que se trate de quien conozca bien la marca, sepa cómo se comunica, que entienda al consumidor, que conozca mucho el producto porque las redes sociales se terminan convirtiendo, más que una vitrina, en un canal de venta”, aconseja Catalina.
Marca que no tiene presencia en redes sociales tiende a volverse obsoleta. Esa es la premisa del mercadeo de hoy. Pero si no se tiene experiencia en el mundo digital, ¿cómo hacer para entrar en ese territorio por siempre cambiante?
Lo primero es respirar, porque lejos de tratarse de un asunto lejano e indescifrable, se trata, como todo en la vida, de querer y aprender.
Lejos de importar si se trata de una pequeña empresa o una marca mundialmente conocida, “en redes se es del tamaño que se quiera ser”. Así lo describe la consultora en Social Media, Catalina Hernández, quien además agrega, que “a la persona que te está viendo no le interesa si eres una pequeña, mediana o gran empresa; solo le interesa el producto o servicio que estás ofreciendo”.
Ya con la idea clara de que todas las empresas pueden y deben hacer presencia digital, ahora lo que sigue es empezar. Facebook, Instagram, Twitter, Pinterest, LinkedIn, Tumblr y la lista no termina. Especializadas o de amplio espectro, con tanta oferta, ¿cuál elegir primero?
“Es un error abrir cuentas en todas las redes sociales sin un propósito. Primero hay que definir cuál es el propósito de la marca”, señala Hernández. “Si yo soy un vendedor de zapatos, la estética para mí es muy importante, mi cliente necesita ver mi producto, de modo que Instagram y Pinterest serían las más adecuadas. Pero si lo que yo estoy ofreciendo tiene que ver más con la política o la economía, Twitter es la red para mí”.
Se trata de un ejercicio bastante sencillo pero que implica tiempo para no perder dinero en plataformas que no interesan a la empresa. Y para eso es necesario tener claro el público al que le quiero llegar o al que ya le estoy llegando por otros medios.
“Mis redes son Instagram y Facebook”, dijo Felipe Aristizábal, fundador de True Carbon, quien lleva pocos años comercializando productos de fibra de carbono en Colombia pero que ha visto un crecimiento extraordinario en sus ventas sin invertir mucho dinero. “Yo empecé esta empresa con 50.000 pesos míos y otros 50.000 prestados”.
“La gente entra a Instagram, más o menos, cada 15 minutos en promedio y se puede pagar un anuncio que, fácilmente, verán 100.000 personas. Un centro comercial importante en una ciudad puede recibir esa misma cantidad de gente en un día pero para poder participar de los que ingresan, hay que pagar millones por un arrendamiento”, agregó Felipe.
Ese es el mayor atractivo que tienen las redes sociales: su costo. Según Catalina, “se pueden invertir 10, 20 o 30 dólares y monitorear los públicos potenciales”. A esto se le llama en publicidad, segmentar. Es decir, en este tipo de medios, se puede definir el sexo, territorio, hora y hasta gustos de las personas que pueden ver un anuncio. Y además, se generan estadísticas en tiempo real que permiten un seguimiento para afinar las estrategias de la marca.
Así es que, expertos y empresarios cuentan cinco pasos necesarios para generar presencia digital que permita ampliar ingresos:
1. Definir el público
Aquí se incluye todo lo que se viene hablando sobre la elección de la red social. Pero va más allá, se trata de visualizar a la persona que compra mi producto o servicio. Es cuestión de cerrar los ojos e imaginarse al cliente potencial, ver qué hace cada día y cómo interesarlo en la marca. Suena un trabajo para neurocientíficos pero en realidad todas las empresas, por grandes o pequeñas que sean, saben quiénes son sus compradores y lo que se necesita en este paso es caracterizarlo hasta la médula.
2. Voz a voz mezclado con pauta
Porque se esté hablando de un tema digital no significa que el resto de formas tradicionales de mercadeo no importan, todo lo contrario: todas son ayudas para generar más clientes.
“Yo estoy abriendo puntos de venta para darle mayor seriedad a mi marca pero igual mi canal siguen siendo las redes sociales”, dijo Felipe. Es decir, las redes no son exclusivas sino que son bastante fáciles de mezclar con cualquiera que vaya a ser o haya sido la forma en que se han logrado obtener clientes.
Entonces una vez se comience este camino, es importante contarles a familiares, amigos y sobre todo clientes, que se tiene un perfil en el que hay actualización constante y relevante.
Pero además, añade Catalina, las redes de hoy están cambiando tanto que es necesario invertir en anuncios. No se trata de endeudarse apenas se abre una cuenta en Pinterest, sino de ir viendo con pequeños experimentos diarios de prueba y error, qué y cuándo publicar.
Así lo hacen todas las marcas: publican y compran pauta en varios tipos de público hasta que encuentran una hora, un sujeto y una línea temática que les genera mayores beneficios comerciales.
3.Responder para vender
Las redes sociales son para interactuar y vender. “Responder siempre” es la sentencia del blogger Andrés García, quien bajo el @Sttylista en Facebook, Instagram y Twitter, lleve años en el mundo de las redes sociales con éxito. Lo mismo dijeron Felipe y Catalina, para quienes se pone en grave riesgo la reputación de la marca si no se responden comentarios.
En este asunto es muy importante la periodicidad. Es decir, cuántas veces al día se publica contenido en las redes de la empresa. Para Catalina, “de nada sirve que todos mis clientes me busquen en Facebook si yo publico y respondo mensajes una vez al mes”.
Cada red social tiene su medida, su algoritmo que determina qué se le muestra a cada usuario en su pantalla de primero o de último. Facebook hoy prefiere la relevancia de un contenido, mientras que Twitter aún se guía por los “me gusta”. En todo caso, es un asunto de estudiar la marca, la red y “arriesgarse”, según Andrés.
De modo que no se trata de saturar las cuentas con fotos cada 10 minutos sino “tener claro desde el principio de qué voy a hablar y cada cuánto tiempo lo haré”. Es más, “no se puede comenzar a publicar fotos de los productos, pasar a frases célebres y terminar con memes graciosos sino que hay que determinar de qué será mi contenido y seguir esa línea”.
4. Estudiar y experimentar
Hay que estudiar para poder aprender. “Yo soy piloto de avión, no tenía ni idea de redes sociales. Lo que hice fue probar. Y lo bueno de las redes es que es barato hacerlo, se pueden monitorear fácilmente”, indicó el CEO de True Carbon.
Internet está lleno de información muy pertinente sobre cada una de las redes, de modo que hay que leer un poco para conocer las lógicas por las que se mueve una plataforma y poder sacarle el mejor provecho. Según Andrés, se trata también de “tomar referentes y hacerlos propios”.
“Todo lo he aprendido leyendo en internet. Instagram y Facebook tienen páginas en las que muestran las actualizaciones, te indican cómo funcionan. No es necesario ir y pagar una asesoría porque ellos mismos te la dan”, señaló Felipe.
Luego de haber leído es necesario llenarse de valor y probar con publicaciones para encontrar la que más beneficios genera. Y eso sí, una vez se encuentre esa línea, lejos de ser estática, se tiene que actualizar de manera periódica, para que no se pierda la efectividad del canal.
5. Definir un plan
Puede ser escrito o no, lo que importa es tener claro qué, por qué plataforma y a qué hora se publicará. Y sucede lo mismo que con el paso anterior: no es inamovible, todo lo contrario, se tiene que reformar tan pronto cambian las condiciones de cada unas de las redes sociales en las que se tiene presencia.
¿Y si mejor contrato a alguien que me haga todo esto? Claro que sí, hay diversas empresas, agencias, personas naturales y hasta amigos que conocen el mundo de las redes sociales. Pero lejos de ahorrarse el trabajo de comprender todo lo dicho, tiene que afinarse aún más.
“En el momento en que se presente la oportunidad de contratar a alguien, es importante que se trate de quien conozca bien la marca, sepa cómo se comunica, que entienda al consumidor, que conozca mucho el producto porque las redes sociales se terminan convirtiendo, más que una vitrina, en un canal de venta”, aconseja Catalina.
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