Internet y todos los usos de la tecnología ha creado una revolución y transformado los entornos laborales y personales de infinitas maneras. Ahora podemos solicitar créditos en línea, administrar nuestros recursos y hasta coordinar nuestros hábitos a través de aplicaciones web. En fin: tenemos una vida mucho más simple en la que disponemos de múltiples formas de ejecutar acciones sin que sea necesaria la fuerza de trabajo humana.
Sin embargo, esta ausencia de lo humano genera en las personas una sensación de impersonalidad, es decir, de soledad por la ausencia de seres humanos en espacios donde habitualmente lo estuvieron. Por ejemplo, antes debíamos interactuar con una persona para comprar una boleta para cine, hoy basta con ingresar a una app y realizar esta transacción.
Esto tiene como resultado una deshumanización del mundo en la que muchas personas se sienten solitarias y golpeadas por la realidad y encuentran la necesidad común de relacionarse con seres humanos. Incluso algunas investigaciones demuestran que las personas prefieren comprar productos que fueron elaborados artesanalmente por personas o que tienen sistemas de producción humana.
De allí la necesidad de que muchas empresas vean la necesidad de humanizar sus comunicaciones internas y externas, ya que un toque humano impregna las experiencias con vida y esto es lo que muchas personas buscan cuando están comprando un producto o un servicio: saber que este fue diseñado o producido por una mano igual a la suya, ya que existe una especie de magia en el contacto humano que le da validez a las empresas y a las relaciones.
Ese contacto humano, que nos parece tan especial, básicamente está amparado en tres pilares que podrían ser útiles para aplicar en tu empresa:
Interacción
Cuando un cliente tiene un contacto con un negocio, tiene la idea de que está estableciendo una relación contractual con una agencia humana, antes que con una automatización abstracta, pues la sensación del contacto humano genera una base para una interacción bidireccional en la que quien está comprando un servicio sabe que está siendo escuchado y podrá tener respuestas humanas a sus preguntas. En la era digital el consumo de los productos hechos a mano ha aumentado, ya que las personas tienen la sensación de poder encontrar diferencias sustanciales entre un producto que fue hecho por un humano y otro que fue elaborado en serie por una máquina.
Esfuerzo
Investigaciones realizadas por profesores de Harvard Business School han demostrado que los clientes disfrutan más de los productos que consumen cuando perciben que la realización del mismo exigió un esfuerzo. Cuando hay una interacción humana para la venta del producto, el cliente puede percibir de manera directa la parte de la compañía que se encargó de crear el producto que va a consumir y esto genera satisfacción, puesto que las personas valoramos más las obras cuyo resultado es el fruto del esfuerzo de otros seres humanos.
Autenticidad
Generalmente en nuestras vidas nos enamoramos de personas que poseen rasgos o personalidades auténticas, que los diferencian del resto de las personas y en el mercadeo no pasa de una manera diferente: queremos comprar productos que tengan un sello distintivo con lo que consumen el resto de personas. Hay muchas maneras de darle autenticidad a los productos y servicios, entre ellas, aparece el énfasis que una marca puede hacer en la participación humana que tienen sus productos. Es decir, si una marca de camisetas te muestra cómo es el proceso de elaboración de esta y quién es la persona que creó el producto para ti, se creará una conexión y un aire de confiabilidad entre la marca y el consumidor que ambos sabrán valorar muy bien.
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Esto tiene como resultado una deshumanización del mundo en la que muchas personas se sienten solitarias y golpeadas por la realidad y encuentran la necesidad común de relacionarse con seres humanos. Incluso algunas investigaciones demuestran que las personas prefieren comprar productos que fueron elaborados artesanalmente por personas o que tienen sistemas de producción humana.
De allí la necesidad de que muchas empresas vean la necesidad de humanizar sus comunicaciones internas y externas, ya que un toque humano impregna las experiencias con vida y esto es lo que muchas personas buscan cuando están comprando un producto o un servicio: saber que este fue diseñado o producido por una mano igual a la suya, ya que existe una especie de magia en el contacto humano que le da validez a las empresas y a las relaciones.
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Generalmente en nuestras vidas nos enamoramos de personas que poseen rasgos o personalidades auténticas, que los diferencian del resto de las personas y en el mercadeo no pasa de una manera diferente: queremos comprar productos que tengan un sello distintivo con lo que consumen el resto de personas. Hay muchas maneras de darle autenticidad a los productos y servicios, entre ellas, aparece el énfasis que una marca puede hacer en la participación humana que tienen sus productos. Es decir, si una marca de camisetas te muestra cómo es el proceso de elaboración de esta y quién es la persona que creó el producto para ti, se creará una conexión y un aire de confiabilidad entre la marca y el consumidor que ambos sabrán valorar muy bien.
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