Lo más normal en el mundo laboral es que se despidan empleados que han desempeñado mal sus funciones y no han hecho méritos para permanecer en las empresas, ya sea por incumplimiento de objetivos o de indicadores de logro y se debe conocer cómo despedir un empleado.
Sin embargo, en un panorama en el que la competencia y los pocos puestos de trabajo se han establecido como dos de las características fundamentales del mercado, es común que haya despidos de buenos empleados por no adaptarse a las necesidades específicas de las empresas o por verse enfrentados a empleados mejor cualificados que ellos.
Sin embargo, estos despidos son mucho más difíciles de llevar a cabo pues carecen de una justificación racional y están basados solo en las circunstancias del mercado. Por esto, es vital que haya una preparación por parte de los gerentes. Primero, para saber si realmente es necesario tomar esta decisión y, luego, ejecutarla de la manera adecuada para que el empleado, que ha cumplido con sus tareas, no se sienta infravalorado.
Algunos elementos que pueden ser importantes a la hora de saber cómo despedir un empleado es hacer entender al empleado que las condiciones del mercado exigen cambios constantes. Para esto es necesario actuar con muchísima empatía, para hacer las preguntas correctas y mostrarle al despedido que, tal vez, por sus habilidades puede resultar benéfico salir de la empresa, ya que encontrará fácilmente nuevas oportunidades. Esta forma de proceder debe ser ejercida con tacto, pues podría parecer manipuladora e insensible cuando en realidad no lo es.
Esto puede tener diferentes beneficios, pues para realizar un despido de la manera adecuada es necesario ejecutar una transición lenta (o en los tiempos necesarios) para generar un proceso de empalme que beneficie a la empresa y al empleado. A la empresa, con el empalme de funciones (a veces hay empleados con mucha experiencia y responsabilidades dentro de la empresa, que se llevan información y conocimiento que podría ser útil para la compañía) y al empleado con un despido previsivo que le permita empezar a buscar vacantes en otras empresas.
Por otro lado, para contribuir al desarrollo profesional de quien sale de la empresa los gerentes pueden hacer uso de las relaciones que esta tiene dentro del sector al que pertenece para ayudarle al empleado a conseguir un nuevo trabajo pues es muy común que entre líderes se tengan conversaciones en torno a los empleados y a sus habilidades.
Por último, hay cuatro elementos que se deben tener en cuenta a la hora de realizar el despido o conversar con el empleado:
- Compasión: para preocuparse por los empleados y contribuir a que puedan llegar a nuevos lugares de trabajo.
- Curiosidad: para conocer sus objetivos y así crear vínculos que los beneficien y les ayuden a crecer en su vida profesional
- Planes: investigar antes de realizar el despido para encontrar ideas que les puedan ayudar a continuar con su vida profesional.
- Retroalimentación: ayudarle al empleado a conocer sus puntos fuertes y débiles con el objetivo de que pueda mejorar y reconocer con certeza sus habilidades.
Lo más normal en el mundo laboral es que se despidan empleados que han desempeñado mal sus funciones y no han hecho méritos para permanecer en las empresas, ya sea por incumplimiento de objetivos o de indicadores de logro y se debe conocer cómo despedir un empleado.
Sin embargo, en un panorama en el que la competencia y los pocos puestos de trabajo se han establecido como dos de las características fundamentales del mercado, es común que haya despidos de buenos empleados por no adaptarse a las necesidades específicas de las empresas o por verse enfrentados a empleados mejor cualificados que ellos.
Sin embargo, estos despidos son mucho más difíciles de llevar a cabo pues carecen de una justificación racional y están basados solo en las circunstancias del mercado. Por esto, es vital que haya una preparación por parte de los gerentes. Primero, para saber si realmente es necesario tomar esta decisión y, luego, ejecutarla de la manera adecuada para que el empleado, que ha cumplido con sus tareas, no se sienta infravalorado.
Algunos elementos que pueden ser importantes a la hora de saber cómo despedir un empleado es hacer entender al empleado que las condiciones del mercado exigen cambios constantes. Para esto es necesario actuar con muchísima empatía, para hacer las preguntas correctas y mostrarle al despedido que, tal vez, por sus habilidades puede resultar benéfico salir de la empresa, ya que encontrará fácilmente nuevas oportunidades. Esta forma de proceder debe ser ejercida con tacto, pues podría parecer manipuladora e insensible cuando en realidad no lo es.
Esto puede tener diferentes beneficios, pues para realizar un despido de la manera adecuada es necesario ejecutar una transición lenta (o en los tiempos necesarios) para generar un proceso de empalme que beneficie a la empresa y al empleado. A la empresa, con el empalme de funciones (a veces hay empleados con mucha experiencia y responsabilidades dentro de la empresa, que se llevan información y conocimiento que podría ser útil para la compañía) y al empleado con un despido previsivo que le permita empezar a buscar vacantes en otras empresas.
Por otro lado, para contribuir al desarrollo profesional de quien sale de la empresa los gerentes pueden hacer uso de las relaciones que esta tiene dentro del sector al que pertenece para ayudarle al empleado a conseguir un nuevo trabajo pues es muy común que entre líderes se tengan conversaciones en torno a los empleados y a sus habilidades.
Por último, hay cuatro elementos que se deben tener en cuenta a la hora de realizar el despido o conversar con el empleado:
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