Son las 10:00 a.m. de la mañana y Salomé no se levantó temprano, como acostumbra a hacer la mayoría de los días, pero siguió su rutina e hizo algunos estiramientos en la cama con la intención de evitar mirar el celular y no se convirtiera en su primera actividad del día, sin embargo, se estiró nuevamente, esta vez para desconectar su móvil del cargador.
Ella comienza a navegar, lee un par de noticias, unos cuantos memes, sigue haciendo scroll en redes sociales sintiendo que nada de lo que ve le atrae por completo, su concentración está dispersa, desde hace unos meses quiere sacar nuevos productos, y hacer unas reformas que asegurarían más comodidades para el regresos de sus colaboradores.
Hace 8 meses tomó el camino del héroe, es esa acción que elige el personaje de una historia, algo emocionante, un punto de quiebre para que la trama encuentre el rumbo indicado. Esto mismo sucede al emprender, si tú que eres el personaje principal de tu empresa no tomas retos, no te arriesgas, no le dices que sí a la transformación y no conviertes en acciones esos pensamientos que te hacen dar vueltas en la cama, entonces estás perdiendo la oportunidad de marcar la diferencia.
En la estructura aristotélica tradicional es en este momento del relato donde entra el segundo punto de giro de nuestro personaje, algo debe cambiar para poder continuar con la historia.
Salomé después de meses exitosos en su empresa se bloqueó para continuar con los retos del mercado, y aunque tenía en su mente muchas ideas le faltaban recursos para hacerlas realidad. Ese día desde su cama encontró la opción que le daría la fuerza para adaptarse y cambiar el rumbo de su empresa, solicitó su crédito digital. Si ella, se hubiera dejado vencer por ideas como: “es que esos créditos son para empresas más grandes, yo no soy capaz de conseguir lo mismo que ellas o seguro me van a rechazar los papeles”, no tendríamos qué contar.
Si en la historia ha existido un momento idóneo para ser empresario, ¡es este!, es la era de los que ponen a prueba su tenacidad y hacen realidad sus estrategias disruptivas para catapultarse como un personaje protagónico (empresarial), para quedar grabado en la historia, y es que tener una idea de negocio no es tener una empresa, las ideas se pierden, se convierten en pasado y se entierran en tus actividades diarias.
Entonces ¿cuál es la motivación para tomar el camino del héroe?, ¿cómo el empresario podría ser el protagonista de una gran historia? La respuesta está en la pasión, en el deseo de convertirse en legado, en tener un propósito que deje huella y esté comprometido con el cambio de una comunidad, región o país.
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Aquí es donde le damos sentido real a la “transformación”, esa palabra que hemos utilizado tanto por estos día. Uno los retos más grandes que vas a encontrar en el camino del héroe emprendedor es el acceso a financiación, esta es necesaria para seguir tu sueño y materializar todas tus ideas.
En Sempli acompañamos a los héroes que asumieron el reto y están cada día construyendo su propia historia merecedora de un Óscar. La mayoría de estos empresarios están transformando su negocio, sus estrategias, creando nuevos productos y servicios, y es por esto que queremos entrar a ser parte de la decisión de seguir adelante, apoyamos los punto de giro de los empresarios del país que están marcando la diferencia, para que sus historias continúen.
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